Gadi ha tenido la suerte de ser amadrinado

Y ha sido a través de la Web de Sandra Baas.
Anabel Rubio de Valencia es quién le tenderá esa mano de ayuda que colaborará en dar a Gadi la asistencia veterinaria y los cuidados que necesite mientras llega esa siempre más que merecida adopción para él.
Gracias Anabel, aquí tienes "Los nuevos días de Gadi" a tu alcance.

domingo, 30 de diciembre de 2007





Se está terminando el año y Gadi se prepara para la noche de los petardazos, espero que no duren mucho, aunque él se asusta pero no demasiado, sólo se mete dentro, no tiembla ni jadea, pero prefiere estar a resguardo. ¡Qué mal lo debe haber pasado en el campo de caza!
Lo bueno es que han llegado los resultados de la analítica y está sanito sanito, en pocos días estará listo para su adopción. Ahora sólo queda que una familia con cariño y paciencia, siga ayudando a Gadi a dejar de temer. En unos meses Gadi será un perrito alegre y ya no se acordará de sus días de campo y caza.
Hacía tiempo que me preocupaba una especie de dureza que tiene en un lado en la pata izquierda trasera, del tamaño de un dedo (en la foto se ve como si tuviera un juanete), y ha dicho el veterinario que eso es un quiste que se ha formado porque se ha clavado algo y allí se ha quedado, no debe de traerle problemas para caminar ni dolor, es sólo una cuestión estética.
En este momento, es capaz de pasear con correa, sin prisas y sin mucho ajetreo, poco a poco. Hay que llevarle con paciencia para poder anticiparse a los sobresaltos, pero él responde muy bien, se tranquiliza andando, y cuanto más conozca sitios con gente mejor se sentirá.
Gadi no es un perro que le tenga miedo a la gente de lejos, sólo teme que le toquen, así que al principio hay que evitar en lo posible que se le acerquen de manera brusca, no es para él eso que hacen algunas personas y que a la mayoría de los perros los aterroriza, de acercarse con la cara y las manos hacia adelante y hablando con voz finita, y aunque digan cosas agradables y halagos , ellos no entienden las palabras, y esa actitud les resulta amenazante, por eso muchos perros reaccionan ladrando o mordiendo. Gadi más bien tiembla, y se encoge, y es muy triste verle así. Es mejor avisar a la gente que no se le acerquen de frente, él se acostumbra bien a las personas si estas le dan su tiempo.

sábado, 29 de diciembre de 2007



28 de Diciembre…
Día de los inocentes… un día para pensar en ellos…
Hemos ido al veterinario, y Gadi, ha pasado mucho miedo pero lo ha soportado bien, se ha subido y bajado del coche, y entrado en la consulta, no sin mirar todo el tiempo hacia todos lados, creo que nunca ha estado en una ciudad.
En la consulta se ha comportado como un señor, sin quitar el brazo cuando le sacaron sangre ni moverse con los pinchazos.
Luego volver a salir, subir al coche y viaje de vuelta, el vete queda lejitos. Y sin problemas.
Temblando temblando pero se va socializando.

miércoles, 26 de diciembre de 2007





26 de Diciembre…
Gadi ha soportado bastante bien los petardos de las navidades, aunque esa noche se tuvieron que quedar solitos unas horas, tomé la precaución de dejar a los tres que se asustan dentro de casa, Gadi , Pru y Tita, por si les entraba desesperación y se han portado muy bien.
Poco a poco Gadi gana confianza en sí mismo y se asusta menos, aún tiembla cuando me le acerco pero ya viene a ver si hay algo rico que comer. Creo que en cuanto deje de temblar este grandote blanco se convertirá en un ladronzuelo, es muy atrevido cuando se trata de comidita rica, : ))
Da gusto verle cuando llegamos a casa, se pone muy contento, hasta hace todo tipo de piruetas para cercarse, y , si bien no se deja tocar cuando puede escapar, él sí que se acerca y nos hace muchísima fiesta.
Mañana es su gran prueba porque saldremos en coche, tendrá que subir y bajar, entrar en la clínica veterinaria, y regresar, ojalá sea capaz de hacerlo sin entrar en pánico. Y así podremos por fin proponer una adopción para él.
Cuanto antes Gadi encuentre una familia antes habrá sitio para otro galguito que necesite acogida, ya que todavía son muy pocas las casas de acogida con las que se puede contar y son algo muy necesario porque no es posible sacarlos de la calle si no hay dónde llevarlos.
Con tiempo y conociendo al galguito siempre se le encuentra un adoptante, pero si está en la calle es imposible, son imprescindibles las acogidas ya que la mayoría de las asociaciones que gestionan adopciones no tienen refugio y los refugios están llenos de perritos abandonados y no es un lugar seguro para los galgos. En fin, a ver si la gente va tomando conciencia de lo útil que es acoger a un perro por unos días, es la diferencia entre poder ayudar y no poder hacerlo la mayoría de las veces.

domingo, 23 de diciembre de 2007



23 de Diciembre…
Comienzan los petardos, y Gadi ahora manifiesta su miedo a los tiros, hasta hace unos días parecía que no le afectaban, pero era porque su miedo a los humanos le impedía cobijarse del miedo a los tiros, ahora que Gadi se mete sólo en casa y se queda junto a nosotros todo el tiempo que quiere, demuestra el pánico que le dan los petardos y todo lo que le recuerde a una caza que le aterroriza.
Así que, en cuanto suena un tiro, petardo o algo que se le parezca, Gadi y Pru entran juntos y se sientan, y ponen estas caritas que se les ve en la foto. : ))
Aún teme a las personas, pero ha dados pasos de gigante, es capaz de tolerar que estemos cerca, que le acariciemos que vayamos hacia él, no sin temblar, todavía el pánico le puede, pero se relaja pronto, y no se levanta, ni sale disparado.
Ahora nos cuesta trabajo hacer que salga de la cocina y vaya a dormir a su camita en el porche.
Son malas fechas para los galguitos, porque los fuegos artificiales, los petardos y todos los artificios que hacen que estas fechas la gente se divierta, es para ellos un recuerdo de cada tiro de escopeta que no han querido oír, es para ellos volver a ese sitio del que escaparon de puro pánico, es para muchos de ellos el recuerdo de una herida abierta, que quizás nunca cierre, porque van superando sus miedos, pero cada vez que escuchan un tiro o un petardo, reviven ese momento amargo de sus vidas.
Y son también malas fechas porque es cuando empieza el gran descarte de galgos, cuando los vemos por las carreteras vagando sin rumbo, desnutridos y heridos. Cuando las perreras se llenan, de galgos hambreados. Cuando nos avisan de por aquí hay uno con una soga al cuello, y por aquí uno con una pata colgando, y ayer vi uno tirado a un lado de la carretera…. Triste final de año para los galguitos…

martes, 18 de diciembre de 2007



Y esto funciona…
Gadi ha cogido la onda y pone todo lo que puede de su parte para vencer su miedo, ya es capaz de controlarse cuando me le acerco y aunque aún tiembla un poco, no se le hace tan duro.
Está más desplegado, es que he visto que los galguitos rescatados, a medida que cogen confianza van como desenrollándose, y se estiran , ahora se le nota lo alto que es, y encima le encanta ponerse en dos patas para mirar sobre el portón de entrada, se le ve tan guapo y fino!!.
Está muy atento a nuestros movimientos, y cuando ve que quiero acercarme, da unas vueltas y al final se acuesta en su mantita, no viene hacia mí pero por lo menos me deja acercarme y esta mañana he podido quitarle el chaleco sin ayuda, Gadi se ha sentado y ha esperado que me acerque, en vez de dar su habitual salto y salir corriendo.
Hoy le toca desparasitarse, se suponía que estaba desparasitado o eso me dijeron cuando me lo dieron, pero he visto que tiene algún gusanillo en su caca así que esta noche toca pastillas anti gusanos, eso también le hará sentirse más tranquilo.
Espero poder llevarle al veterinario para las analíticas esta semana, ojalá no se ponga nervioso, no me gustaría que volviéramos atrás, luego de lo que hemos pasado juntos, jajaja.

lunes, 17 de diciembre de 2007






17 de Diciembre

Punto y aparte, se acabó lo de tener penita por Gadi, porque así no avanza. Es un perro joven y fuerte y tiene que salir de su ensimismamiento, así que hemos decidido que no le vamos a dejar que el miedo que tiene se salga con la suya.
Desde ayer Gadi tiene que poner más de su parte.
Hemos tomado la decisión de no permitir que siga escondiéndose en su pánico y empiece a disciplinarse, y lo primero es que le ponemos el chaleco y se lo quitamos cuando es conveniente y no cuando él se deje, así que entre mi marido y yo hemos creado una estratagema para acercarnos a él siempre que queramos y conseguir que su relación con nosotros sea más normal, tiene que ser sumiso y no tenernos miedo. Si conseguimos eso él podrá relacionarse con otras personas.
Otra cosa que he hecho ha sido cogerlo, ponerle su correa y hacerle entrar en casa cuando todos los perritos están dentro, y no dejarle solo afuera como hacía hasta ahora.
Creo que ha comprendido que nuestra determinación va en serio y no vamos a ceder, porque aunque cuando lo cogemos tiembla, se le pasa pronto y he conseguido poder tirar de la correa para que camine hacia donde le digo , cosa que antes no podía hacer porque se ponía nervioso, ahora sólo se lo piensa un poco, y al final accede.
Estando dentro de casa siempre puedo acercarme a él, y él puede ir normalizando la relación, esperemos que le sirva todo esto para coger confianza en sí mismo, y, lo más importante, que empiece a confiar en nosotros, si no lo hace nunca podremos ayudarlo.
No se trata de darle de comer y de dormir calentito, se trata de que consiga una relación tranquila y en paz con los humanos, con todas las personas y entonces superará su trauma, y podrá ser feliz, pero no lo será antes de que consiga un equilibrio.

jueves, 13 de diciembre de 2007



Mi pobre flaco Tato (ta-to-do- loco), como le he apodado, jejej.
Gadi se anima, se acerca, me pone el hocico en las manos si estoy de espaldas, y se sirve algo rico aunque lo tenga que coger de mis manos, : ))
Creo que si estuviera con él sólo, sería más sencillo hacer que cogiera confianza, pero , es lo que hay. Aquí son 6 perros y 3 gatos y todos reciben la misma cantidad y calidad de cariño y atenciones, así que Gadi tendrá que ponerse a nivel.
Lleva mucho mérito de su parte el animarse, a pesar de su miedo, hay días en que le miro jugar con los demás, y me pregunto, ¿qué pensará este flaco loco cuando le miro, cuando le llemo?....
Hoy dormimos las siesta juntos, es muy dócil cuando no es él el que tiene que acercarse, se deja manipular, vestir, curar, cómo si siempre fuera así, su agobio aparece cuando es él el que tiene que dar el paso y acercarse a mí de frente, de espaldas no tiene ningún problema.
Todas las mañanas damos una larguísima vuelta, pero él va detrás, como un fantasmita, y como me gire, pluf, se aleja unos pasos, da una vueltecita y otra vez se pone a caminar detrás, pegadito pegadito.
Si Gadi pudiera dar ese paso, tan sencillo en la mayoría de los perros y tan difícil para él, de acercarse a ver qué está uno diciéndole. Lo lógico es que uno llame a un perro y éste por curiosidad e interés, obediencia o cariño, se acerque a ver qué. Pero Gadi es de los que se quedan sin saber qué….
Tiempo al tiempo… El próximo paso es veterinario y analíticas, no he querido sacarle sangre aún para no violentar la relación, pero he comprobado que se deja que le apriete, le estire, le cambie de postura, con eso de ponerle y sacarle el chaleco, hacemos muchas prácticas de manipulación, y sé que no le da miedo que le toque y le apretuje, he comenzado haciéndole unos masajes suaves, y ya puedo darle golpecitos, como a mi Pru, que le encanta que le dé palmaditas, debe ser que le hace cosquillitas porque pide más, jajaj.
Lo que realmente me anima es que cada mañana, espera a que abra la puerta y casi casi me toca con su pico, y cuando llego de trabajar, él se para en dos patas apoyándose en el portón de entrada ladrando en comité de recepción junto con los demás, en realidad, él va delante como es el más alto, sólo se ve su cabezota diciendo, uououou uouououo, en ese idioma de sirena de mar que tienen los galgos.
En poco tiempo Gadi será un galgo amable y simpático como tantos, y seguro que hasta se volverá un poco atrevido como Carmelo.
Ya sabemos que no es escapista, porque cada día tengo que abrir el portón de la finca de par en par para entrar el coche y él se queda esperando que entre para acercarse, cuando el motor se ha detenido, a saludar en su particular estilo de ‘te saludo desde aquí’, ¿vale?...
Y porque cuando salió asustado de subir al coche en su primer día, volvía al mismo sitio una y otra vez, aunque no supiera qué hacer, ni él ni yo…

martes, 11 de diciembre de 2007



11 de Diciembre…
Hoy hemos estado practicando un poco, sesión de mimos, luego la correa, andar por la finca, detenerse. Gadi se pone muy nervioso cuando me detengo a su lado, y si me pongo frente a él, uf, lo pasa muy mal. Así que esa era la lección de hoy.
Detenerse, quedarnos un rato allí como conversando, pero sin hablar, sesión de mimos para relajarnos, golpecitos en la cococha, soltar la correa, pero Gadi está tan asustado que no se da cuenta si tengo cogida o no la correa, porque él cuando estoy tan cerca suyo solo puede pensar en su miedo, él no tira de la correa, sólo se queda tenso, y me mira de reojo.
Kiko nos ha ayudado en esto, venía y se sentaba con nosotros cuando parábamos, relajado y tranquilo, esperando a que yo diga que seguimos, eso hace que Gadi se tranquilice porque de mí no se fía mucho que digamos.
Luego nos sentamos todos, cosa que le costó su trabajito, porque se quedaba de pie todo tenso.
Pero hoy ha luchado mucho contra su miedo, ha pasado momentos muy tensos, y los ha superado, a ver si mañana recuerda su avance, porque hay momentos en que me desespero un poco, tengo que llevarlo al vete para terminar de prepararlo para su adopción y aún temo que se asuste y no pueda hacerle entrar en el trasportín.
Ya hemos pensado en meterlo en el trasportín en casa y llevarlo así al veterinario, y luego lo mismo de vuelta, así no tiene que subir y bajar del coche caminando que es lo que más miedo le da, y a mí, que se asuste.
A ver si la semana que viene podemos hacer ese último paso. Para que pronto tenga su hogar definitivo.
Y a la madrina le damos las gracias nosotros a ella. Mucha gente no dimensiona lo importante que es que un perrito en adopción esté apadrinado, a veces es la diferencia entre poder o no poder rescatarle.

lunes, 10 de diciembre de 2007




Otro día en la nueva vida de Gadi.
Me alegro muchísimo que Lola ya pueda correr bien luego de lastimarse los ligamentos de esa manera. Los galgos suelen ser muy duros físicamente y se recuperan muy bien de las lesiones aunque sean graves, si los cuidados que recibe son buenos, claro está.
No estoy segura de que a Gadi le hayan golpeado, pero sí que le han utilizado, como a una cosa, sin entablar con él una relación, cogían su escopeta, sus botas, su cazadora, y sus galgos, y lo llevaban a cazar, sin tener en cuenta ninguna necesidad ni particularidad.
Y Gadi tiene una que no le hace apto para la caza, no le gusta. No sé muy bien qué ha provocado su particular trauma, sólo que además de haber sido tratado como objeto, ha sido humillado, en él sólo han visto que ‘no sirve para cazar’. Le cortaron el 5º dedo, (ese pequeño que todos los perros tienen un poco más arriba de los otros) para que corriera más y mejor, pero en la zona de donde viene Gadi, ese dedo se lo cortan con una piedra afilada o con un cristal. Esa es una de sus primeras experiencias con humanos.
Luego el trato que recibe.... Los galgueros nunca conviven con sus galgos, como hacen muchos cazadores, que tienen su perro de caza que vive en su casa y al que cuidan como oro en paño si les ha salido bueno, porque dicen que los galgos no son sociables y les hacen vivir todos juntos en un cuarto, pozo, garaje, zulo, encerrados casi todo el tiempo. Sin relación con los humanos, más que en el momento en que la puerta se abre, ‘es hora de cazar’.
La vida de Gadi ha sido dura y fría por eso creo que uno de los deseos de Gadi para este nuevo año será que esté prohibido cazar, con o sin perros, con o sin galgos, matar por diversión, matar por matar, y aún peor, matar por deporte….



10 de diciembre…
Gadi sigue esquivo pero más animado.
Ya me deja que me quede a su lado cuando come, y viene a saludar a la puerta cuando estamos por salir o cuando llegamos, pero aún no consigue dejar que nos acerquemos cuando está de pie, él sí que se acerca y hasta nos da golpes con su ‘pico’ en el trasero, pero no deja que le toque con las manos.
Pero si hay personas que no conoce, no para de moverse, está intranquilo, se sienta y se levanta, no es posible que me deje acercarme a él, sólo cuando estamos solos permite que me acerque, todavía llevará un tiempo que pueda relacionarme con él como con los demás.
El juego es algo que le anima, enseguida ha comprendido cómo es eso de ir a buscar un juguete y traerlo, y le gusta muchísimo. Lo hace sobre todo con Kiko, le lleva a él el juguete y se lo pone al lado para provocar su juego.
Es sorprendente que haga esto, muchos galgos rescatados no juegan, el juego es algo que les asusta o les deja fríos, pero , como dice Elaine, Gadi será un galgo juguetón y muy gracioso, porque cuando se siente bien, hace piruetas y carreritas de juego que dan gusto de ver.
Creo que para Gadi , el referente más fuerte es Kiko, porque, aunque es enano, es muy equilibrado , un poco dominante, pero muy serio, todos los perros se dejan guiar por él.
La pena es que todavía me da miedo salir con Gadi de la parcela, y hasta que no se me pase esa sensación él tampoco se sentirá tranquilo si lo llevo con correa fuera de la finca.
Pero ha hecho un gran avance en una cosa, este fin de semana se ha puesto a ladrar a unas motos que pasaban cerca, como hacen los demás, y a avisar que había gente cerca de la parcela, es un gran alivio ver que hace eso, porque me da la pauta de que se hace a nuestra casa y a la manada, y si reclama el sitio como suyo, es que le gusta y se siente seguro.

jueves, 6 de diciembre de 2007


Caminar con correa funciona muy bien. Gadi camina tranquilo y sin tirar, y es capaz de tranquilizarse. Aunque no hemos salido de la parcela, dejarse guiar por mí, ha permitido que tenga una mejor disposición hacia mí, de tal manera que, cuando me recostado en una tumbona, él ha venido como los demás a dormir su siesta a mi lado en una manta que puse especialmente para que ellos.
Ya puedo ponerle el chaleco estando de pie, y, aunque aún tiembla por momentos, va cogiendo confianza.
Le he dejado la puerta del coche abierta, y al ver que los demás se subían, él también ha estado casi a punto de subirse, ha olisqueado mucho y ha escudriñado todo el coche, sobre todo, la puerta. : )
También ha estado jugando un buen rato, Gadi hace todo lo posible por integrarse en la manda, y a pesar de que Kiko nunca deja que los demás cojan los juguetes con los que juegan, Gadi le ha seguido el juego, y cuando Kiko se ha cansado de defender el juguete, él lo ha cogido y se lo ha llevado a su lado.
Me ha llamado la atención que es posible tirar un hueso lejos para que Gadi vaya a buscarlo, le encanta, va corriendo corriendo, y se le nota que le da alegría.
Esto no es posible hacerlo con Pru, ella tiene pánico (como muchos galgos maltratados) a que alguien levante la mano por sobre su cabeza y más aún si al bajarla arroja un objeto, esto le asusta muchísimo, no es posible jugar a tirarle un palo y que lo traiga, porque entonces Pru corre para el lado contrario, alejándose de la persona y del objeto.
Pero Gadi, no, por suerte, él podrá jugar en poco tiempo como cualquier perrito feliz, y traerá las pelotas que se le tiren y traerá huesos pidiendo juego.
Ha hecho otra cosa que antes no hacía, y es cambiarse de camita si la suya está ocupada, aquí hay camitas para todos, y suele suceder que se cambian según el momento del día, pero Gadi , cuando los demás se tendían en su camita, él se quedaba como desorientado, y terminaba sentado en medio de ninguna parte sin cama, esperando que se la devuelvan. Pero hoy, por fin, ha tomado la iniciativa de coger otra, que además le viene mejor porque puede hacer su nidito con más facilidad.
Es tan sensible!!!.

miércoles, 5 de diciembre de 2007






5 de Diciembre
Gadi empieza a confiar…
Hace un par de días que entra a la casa, y cada vez se queda un poquito más, poco a poco olisquea todo, y se asusta menos.
Hoy he podido acercarme a él estando de pie y acariciarle sin que tiemble. Hace todo lo que puede por acercarse, cada vez más, se pone muy cerquita de nosotros, y estira su cuello hasta casi tocarnos, y pluf, se la tensión le vence…
Pero está animado, y ya coge los huesos de jugar para correr con Kiko y Pinto, que son mis mejores aliados en esta empresa. Mientras Kiko siempre está dispuesto a jugar y no teme a nada, así que va por delante animando a Gadi, como si le dijera ‘no pasa nada’ ‘no hay peligro, ¿ves?’. Pinto no para de besuquearlo, y va a buscarlo a cada momento, Pinto es muy cariñoso y como también lo ha pasado mal, y sabe lo que es que te maltraten, creo que quien más se solidariza con el temor de Gadi, y él va dejando de temer, pero no de desconfiar…
Como bien nos cuenta Elaine que le pasó con Carmelo, es todo cuestión de tiempo, de no agobiarse y sobre todo de no presionar, de no poner nuestras pretensiones y deseos por delante porque sin querer promovemos un ambiente estresante.
A nosotros nos ayuda bastante no tener que sacar a Gadi a pasear, y así estamos más relajados, pero también es más lenta su recuperación, porque si él tuviera que salir a hacer su caca pis fuera, andar por sitios donde puede encontrarse con otras personas, creo que podría evolucionar un poco más rápido.
Gadi camina perfectamente con correa, es algo a lo que está acostumbrado, pero siempre para llevarle y traerle.
Lo próximo que hagamos será pasear con correa, pero sin rumbo fijo, sólo por pasear, a ver cómo se siente…
Como véis, Gadi no tiene ningún problema en compartir casa con gatos...

Unas palabras para tanta gente amable que hace tanto y que nadie casi conoce.
Personas incombustibles que además de recoger, recuperar y encontrar familia para los perros abandonados en su zona, está haciendo una labor de educación social porque lo que su trabajo intenta es cambiar costumbres. Ellas no luchan por salvar un perro, sino por cambiar maneras de hacer las cosas, para que descartar un animal, matarlo, maltratarlo, dejarlo morir, martirizarlo, divertirse con su sufrimiento, sea una práctica inadmisible y punible, que tenga su castigo.
Estas personas tienen las ideas muy claras, y un ir hacia adelante que anima.
Anónimas, sin carteles, sin aspavientos, llaman la atención de los gobiernos locales para que se impliquen más, organizan actividades para la comunidad, hablan con su gente, proponen, animan, participan, hacen, y todo en defensa de la vida. Ojalá un día su discurso sea el de todos los políticos que ostenten un cargo público.
Para que no haya más Gadis que rescatar, todos tenemos que implicarnos, porque vivir o morir no debería ser un juego.
Gracias a todas ellas, porque su trabajo es lo que hace que muchas personas se pongan a pensar, y muchas otras se remuevan por hacer algo para cambiar las cosas.
Que sepáis que no estáis solas.

domingo, 2 de diciembre de 2007





Un buen día de sol se agradece siempre, sobre todo cuando uno se ha pasado tanto tiempo encerrado sin poder disfrutar de él como es el caso de Gadi.
Me ha costado un poco conseguir quitarle el chaleco, porque es un chaleco nuevo y tiene un cierre de abrojos (velcro) y el ruido le asusta, pero ya puede disfrutar de un poco de sol en su delgadísimo cuerpo.
Ahora, cuando me le acerco y está sentado, se deja ir hacia atrás y se acuesta, está así menos tenso, porque si se queda sentado su cuerpecito aún tiembla como una hoja.
Respecto a las personas que no conoce, no ha hecho ningún avance, pero le dan curiosidad; que Gadi tenga curiosidad por lo que no conoce me parece un buen síntoma, por lo menos no han conseguido volverle apático, ni tiene la mirada perdida, observa y lo hace con interés, como perrito joven que es.
He comprobado que los tiros de escopeta le asustan, por esta zona se escuchan tiros de cazadores los fines de semana, y cuando los escucha se siente inquieto, se levanta y camina, incuso hace intentos de entrar en la casa. Es obvio que no le traen buenos recuerdos.
En esta estupenda mañana de domingo, Gadi toma sol, durmiendo relajado en la entrada de la casa y da mucho gusto verle así, sin preocupaciones, y sin esa miradita de ‘qué va a pasar ahora?’ que siempre tiene.
Es tan bello, y está tan delgadito. Con el chaleco parece más corpulento porque de verdad es un galguito alto y fuerte, pero cuando le quito el chaleco, se le marcan las vértebras de la columna, y las costillas, y sobre todo , el culillo muy delgado, y una larguísima cola que casi casi llega al suelo.
Es un perro elegante, fino, con buena musculatura, y un gran miedo a los humanos.
Lo de los chalecos que le han regalado (bueno, no son regalos, sino donaciones, esto es que cuando Gadi tenga su casa y sus propios chalecos estos chalequitos los utilizará otro galguito en acogida que esté recién rescatado), le ha venido muy bien, porque sólo tenía uno, y ahora tiene otros dos más livianos para poder utilizar cuando no hace demasiado frío, y para poder lavarlos sin temor a que pase frío ni una noche.


Quizás mucha gente no se dé cuenta de lo importantes que son las donaciones de cosas como comederos, chalecos, mantas, collares y correas, camitas y casitas, son cosas que de una en una no significan mucho dinero pero si una asociación tiene que comprar muchas es un dineral.
Cuando alguien tiene alguna de estas cosas que no utiliza, recuerde que puede donarlas a una asociación, siempre vienen bien.
Un día me encontré en un contenedor de basura una casita de perro, y claro me la traje, y es donde ahora duerme mi Kiko, la otra casita la compré de segunda mano a una gente que no la utilizaba, y así puedo ahora tener dos casitas, que son algo caras de adquirir, y sin embargo muy muy utiles. Quería entonces pedirles que por favor, no tiréis estas cosas, lo mismo con los edredones viejos, que son ideales para las camitas de galgos y perros que suelen hacer una nido para dormir. Mantas en general, todo sirve cuando hay que hacer una camita calentita. Muchas veces la gente tira cosas porque piensa que no pueden servirle a otra persona, pero pensar que quizás sí que puede ser útil a un perrito...


viernes, 30 de noviembre de 2007


Gadi es un galgo muy guapo, pero todavía no se le ve todo lo lindo que es, porque a pesar de haber ganado confianza, aún no se estira, y el temblor le gana en algunos momentos en que estoy a su lado. Aunque ya es capaz de coger de mi mano un trozo de quesito o de paté, ¡le encanta!!.
Antes, si me acercaba con algo en la mano, aunque esto fuera muy super rico, y apetecible, no se animaba a cogerlo, con mi Pru eso sucedió hasta pasado un año casi, tenía que dejar el quesito cerca e irme, pero a Gadi, en una semana ya le ha podido más su apetito que el miedo y lo coge de mi mano, no sin temblar, y no sin apartar su mirada.
Eleine, no sabes las veces que os he puesto de ejemplo, ya que vuestra Lola es una galga estupenda y sin traumas, pero el podenquito Carmelo estaba muy asustado y he podido seguir su evolución desde la llegada de Lola. El ambiente que habéis creado los tres, ha ayudado a ese perrito a salir de su ensimismamiento y la verdad es que todos los esfuerzos merecen la pena, porque se les ve tan felices y sobretodo, relajados!!.
La compañía de otro perro es una gran ayuda, sólo hay que tener en cuenta que su carácter pueda ayudar.
Así y todo, la evolución es siempre lenta, y no hay que desalentarse, ya que un perro asustado nos pone en nuestro nivel de incompetencia, hace que nos pongamos nerviosos, y muchas veces frustrados.
Quiero decir a todas esas personas que tenéis un perrito con problemas en vuestra casa, que no os desaniméis, que a veces sucede que durante mucho tiempo no se ven cambios, y un día, hace un gran avance.
Y otras veces, solo podemos ver el cambio si comparamos con cómo estaba antes.
Si pretendiera que Gadi fuera un perro alegre y juguetón, me sentiría tremendamente frustrada, pero si acepto que Gadi es un galgo tímido y temeroso, que quizás un día se relaje en su trato con los humanos, pero no sé cuando, disfruto con él de sus pequeñísimos progresos.
Tiene que poner sus sensaciones en orden , y si no hay de qué temer, no temer, pero si hay que salir corriendo también debe saber hacerlo, esto es, que sus respuestas sean adecuadas a la realidad y no unas respuestas locas como los ataques de pánico.
Nosotros podemos ayudarle, pero él tiene que querer, tiene que ver que le compensa y disfrutar con ellos, y allí es donde los otros perros y sus actitudes ayudan mucho.
Anabel, los perros como Gadi me han ayudado a comprender que todos nos merecemos otra oportunidad, los humanos somos seres con mucho poder y eso es para lo bueno y para lo malo. Somos capaces de hacer el mayor bien y el mayor mal. Y no siempre somos cocientes de ello.
Muchos galgueros y cazadores, creen realmente que es lo mejor que pueden hacer, porque utilizan a los perros como cosas, y lo mismo hacen los científicos y experimentadores, y otras personas que sencillamente ven a otros seres vivos como útiles, de labranza, de caza, de laboratorio, etc.
No sé cuántas Laikas tendrán que morir en el espacio para que los humanos seamos capaces de ver que lo que está vivo siente y padece, disfruta y sufre ...
Por fortuna Gadi no se ha vuelto a caer a la piscina, espero que ya haya aprendido la lección. Aunque es un poco raro porque estando nosotros, no ha habido ni un momento en que esa posibilidad se pudiera temer.
Todos los galgos que han estado en acogida en mi casa se han caído, aunque lo han hecho en cuanto han llegado, por desconocimiento, han seguido caminado sin ver el agua, pero no después de tres días… En fin, aún no sé bien qué ha sucedido…

miércoles, 28 de noviembre de 2007


Gadi sigue su lentísima evolución, pero sin pausa. Hoy hasta me ha dejado que le ponga el chaleco sin estar acostado, sólo sentado así muy erguido, es tan guapo!!, pero aún tiembla cuando me acerco, quiere confiar pero su cuerpo aún no se acostumbra a las buenas maneras.
Pero ha ganado confianza entre los demás perros, corre con ellos hasta la puerta, y sólo se aleja cuando ve personas, si somos nosotros le puede la curiosidad, se acerca, se acerca, y cuando está casi tocándonos, su cuerpo empieza a temblar, es algo muy triste, pero estoy casi casi segura que un día ya no le sucederá, podrá venir a pedir mimos como todos los demás, porque está luchando contra el pánico.
Se adelanta confiado hacia mí, y cuando estamos casi casi que nos vamos a dar un achuchón, su cuerpecito se iguala a una hojita al viento, y él se resiste y no se mueve del sitio, pero al final, puf, tiene que aflojar y se aleja dos pasos, así que hacemos un jueguito que es andar en círculos, yo camino de espaldas siguiéndole y el camina despacito sin alejarse pero sin acercarse, así está cerca pero al moverse, su cuerpo no se pone tenso y no tiembla, caminamos en círculos un rato como si estuviéramos haciéndonos cariños, así ganamos confianza y su cuerpo se acostumbra a estar cerquita de una persona.
Quería decirle a Anabel que muchas gracias por estar ahí pendiente de Gadi, y que contamos con tu apoyo : ))
El gran enemigo de los galgos es el desconocimiento y la fuerza de las costumbres, cada vez que alguien viene a mi casa no puede evitar hacer algún comentario sobre los galgos, siempre son negativos y desde el desconocimiento, del tipo de : ‘me habían dicho que los galgos no son sociables’, ‘que son agresivos’, ‘de caza’, ‘que no se pueden tener en una casa’, ‘hay que tenerlos encerrados’, ‘deben estar flacos flacos’, y todo tipo de barbaridades que sólo se explican desde las malas costumbres y el desconocimiento, porque claro, no pueden evitar decir, ‘Prudencia es una galga rara porque es sociable’, o porque es alegre, o porque se acerca a la gente. Yo siempre digo lo mismo, todos los galgos que son bien tratados, son alegres, sociables y tremendamente cariñosos.
Tal es así que los cachorros que he conocido y nunca han sido maltratados, ninguneados, ni avasallados, son alegres, animados, sociables y cariñosos, ¿entonces? ¿ Qué pasa que cuando encontramos un adulto tirado, maltratado, descartado, éste está triste, apático y asustado?
Lo que ha pasado entre su nacimiento y el momento en que lo rescatamos, es un galguero.

martes, 27 de noviembre de 2007


Esta tarde Gadi me ha asustado de nuevo , he llegado y tenía una herida en la cabeza cerca de la oreja y otra vez parte de las patas lastimadas, eran heridas nuevas, pero en el mismo sitio que las anteriores.
Pero ahora ya sé lo que sucede, Gadi se cae o se tira a la piscina, no sé cómo ni por qué, ya que mientras está con nosotros no lo hace, todo lo contrario, le gusta echarse a tomar sol al lado de la piscina y en ningún momento hemos notado que pudiera caer. Creo que se tira.
Lo he comprendido porque hoy tenía puesto su chaleco, ya que por la mañana temprano hace frío y aún está demasiado flaco y débil, prefiero que esté abrigado, pero hoy su chaleco estaba chorreando agua, y aunque la piscina tiene escalones por donde podría subir sin problemas, no se debe haber dado cuenta y al intentar subir por los bordes, es como se hace esas heridas en las patas delanteras y es como se limó las uñas hasta sangrar cuando creímos que se las había mordido él.
Por un lado me alegra saber que no está loco como para hacerse daño solo, pero por otro lado no sé qué es lo que sucede para que se caiga o tire a la piscina, pero estaremos atentos a ver si damos con ello.
Ahora está descansando, tapadito con una manta porque su chaleco aún está empapado, y ganando confianza, espero que no se coja una gripe con las mojaduras…




Gadi evoluciona lentamente. Si bien sus patas están casi curadas del todo, los antibióticos le han dado diarrea, así que he suspendido el tratamiento al cabo de 8 días.
Respecto a vencer su temor, hace pequeños progresos, por ejemplo, ahora puedo acercarme a él de frente y ofrecerle comida sin que salte de pánico.
También es capaz de dormirse mientras le acaricio, y no salta de miedo si me siento a su lado, claro que siempre me siento de espaldas a él, cuando estiro la mano para tocarle, no le miro a la cara, bajo la cabeza si me giro y si se le ponen ojitos de miedo, me levanto y dejo que se tranquilice.
Para un perro, la mirada es algo intimidante, todo lo que significa nuestro rostro, pecho y brazos hacia delante es nuestra parte humana, lo menos animal que tenemos, por eso es importante acercarse a un perro asustado de espaldas, es nuestra parte animal, donde puede oler lo que somos. Los perros se huelen por detrás, si se enfrentan es para hacer que uno sea sumiso al otro. Y no son humanos, esto es, no razonan, así que las palabras no valen para conseguir un cambio de actitud.
Los perros como Gadi que no han sido bien tratados, que los han utilizado como un instrumento, sin tenerles ningún respeto ni consideración, tienen una autoestima muy baja, han perdido la energía que hace que se sientan seguros de sí mismos, han avasallado su emotividad, y eso se traduce en que esto perros se sienten totalmente intimidados por los humanos.
Fijaros la actitud de Gadi echado, ensimismado y haciendo un bollito, al lado de Prudencia que es tímida, sin embargo está relajada y estirada; lo mismo Kiko y Pinto duermen estirados, y Gadi no. Tampoco termina de estirar las patas cuando está de pié , ni el cuello hacia arriba, sino hacia adelante. Cuando Gadi se 'desenrolle', vermos lo alto que es. :)
Hay que ayudarles a recuperar la autoestima. Es muy importante para esto que puedan estar con otros perros, pasear con ellos.
Gadi ha comenzado a jugar con Pinto y Kiko que siempre están correteando porque aun son cachorrones.
También sale a caminar con Junior o con Prudencia, y se deja mandar por Tita. Va entrando en una relación de manada con los demás. La pena es que ninguno de mis perros es muy equilibrado, pero todos se sienten tranquilos y seguros, y consiguen cierta armonía que le da a Gadi seguridad.
Lo ideal es que un perro equilibrado le guíe, pero a falta de uno, pues cinco que cada uno pone su parte buena, y como en estas fotos, vemos a Gadi caminar con ellos como uno más, y mostrando curiosidad por lo que ellos hacen, e interés por saber a qué le ladran y relajarse cuando todos lo hacen.
También es capaz de defender su comida, y cambiarse de plato como hacen los otros. Sólo Junior, que siempre vivió solo hasta hace unos meses, no deja que coman de su plato, pero tiene 10 años y ostenta la autoridad. Si no controla los platos se siente inseguro, porque es la primera vez que vive con otros perros en toda su vida. Los demás comen de un plato o de otro, cambiándose constantemente, y Gadi muchas veces come acostado.

sábado, 24 de noviembre de 2007


Sábado 24 de Noviembre
Se me olvidó contaros que Gadi no levanta su pata para hacer pis ¿?, esto es un poco raro porque se supone que tiene año y medio…. Quizás sólo sea que le duele apoyarse en una sola pata. Tendremos que observar eso a medida que se recuperan sus patitas.
Poco a poco va cogiendo confianza, aún no podemos acercarnos a él así de pronto, sólo si está acostado y con mucho cuidado, porque si lo hacemos bruscamente, da un salto de pánico y sale disparado y eso no es bueno ni para su evolución emocional ni para sus patas.
Él si que se acerca a nosotros, y lloriquea para que nos levantemos por las mañanas y salgamos a verle, es que le apetece vernos. Se acerca hasta casi tocarnos, pero, no podemos estirar la mano porque entonces se aleja. Un día de estos podrá ganarle la batalla al pánico y dejará que nos acerquemos sin pensárselo tanto, por ahora, paciencia para todos…
Para Gadi, como para muchos otros galgos que han tenido la mala suerte de haber sido mal tratados, física o emocionalmente, o las dos cosas, los sentimientos son ambivalentes. Esto es que, necesita el contacto emocional y la contención de las personas, pero a la vez, el miedo se ha metido en su cuerpo y no pueden controlarlo.
La gran mayoría de los galgos rescatados se encuentran en una situación como la de Gadi. Algunos, han estado tan mal físicamente, que han podido evolucionar emocionalmente al recibir los cuidados de una persona hasta curar sus heridas, y al no poder huir porque físicamente estaban impedidos, han podido volver a confiar en poco tiempo, más rápido pero no más sencillo.
Por esto, me gustaría hacer un llamado de atención para las personas que en algún momento habéis pensado en adoptar un galgo, debéis tener en cuenta su sensibilidad, debéis informaros sobre las historia y las características de cada animal, porque son seres vivientes, no son sólo una foto bella, son perros que han vivido experiencias tristes y la mayoría traumáticas, hay algunos galgos que no han dejado de confiar en las personas y pueden adaptarse rápidamente al buen trato, igual que cualquier otro pero que se adopte siendo adulto. Pero, algunos, como Gadi , o como mi Pru, necesitan más paciencia y más cariño.
No son perros que se van a poner a dar saltos de alegría el primer día, ni siquiera se van a dejar tocar, o no van a entrar en las habitaciones, hay que tener mucho cariño y ganas de ayudarles, paso a paso, poco a poco. El resultado es muy bueno, mi Pru al cabo de dos años es capaz de jugar, algo que nunca ha hecho antes, y venir a saludarnos y acercarse a pedir cariños, y hasta animarse a ladrar, algo que no hizo durante todo el primer año que estuvo con nosotros.
Gadi por supuesto, no ladra, sólo emite un gemidito, temprano por las mañanas, cuando quiere que nos levantemos.
Los adoptantes de perros así, tienen que saber que al principio, los galguitos no se moverán del sitio donde les pongan su camita, que parecerá que están tristes pero es que están asustados, son situaciones que nunca han vivido y cada vez que les han metido en un sitio ha sido para pegarles o para llevarlos donde no quieren o para dejarles encerrados solos por horas.
Esta advertencia vale también para las personas que habéis rescatado algún galgo, no dejéis que los den en adopción sin saber a quién, ni dónde y cómo estarán, no va a ser que lo saquéis de una situación mala para meterlos en otra peor.
Se espera que las asociaciones tengan en cuenta el carácter y la situación de cada galgo y que les busquen una familia adecuada, pero tenéis que aseguraros de que esto es así. Normalmente los adoptantes eligen un galgo en una foto, y depende de la asociación que ese galgo sea adecuado para esa familia, para esto deben de visitar a los posibles adoptantes, y antes valorar al galgo para saber qué es mejor para él. Muchas lo hacen, otras no, y no hay nada menos deseable que hacerle pasar al galgo otro trauma, no ya si es devuelto, que en ese caso la asociación puede hacerse cargo, sino si es maltratado de nuevo al intentar educarle.
Tampoco es justo para una persona que cree haber adoptado a un perro con determinadas características, encontrarse con que debe de tener especial cuidado en su trato o muchas veces, pedir ayuda para poder saber cómo tratarle. No todos los adoptantes tienen la entereza, la paciencia y las ganas para ayudar a un galguito que no es lo que ellos esperaban.
Creo que todos los que nos preocupamos por el maltrato que recibe el galgo en España por parte de galgueros y cazadores, tenemos que procurar, tras su rescate, tener la certeza de que los galgos serán comprendidos y bien tratados por los adoptantes, tanto dentro como fuera de España, ya que es más difícil aún saber qué sucede cuando no hablamos el mismo idioma, o cuando el galgo está físicamente fuera de nuestro alcance.
Informaros, informaros, informaros, y esto vale no sólo para los galgos rescatados sino para todos los perros a los que pretendemos ayudar. Rescatar y /o adoptar un animal es darle una vida mejor, que esto sea siempre lo que guié vuestros pasos.

viernes, 23 de noviembre de 2007




Ya es viernes, y desde hace dos días Gadi viene a recibirnos cuando llegamos a casa, junto con todos los demás. Eso sí, guardando siempre medio metro de distancia de nuestras manos, pero es capaz de acercarnos por detrás hasta casi tocarnos, poco a poco… poco a poco…
Sus patitas mejoran cada día y también su estado de ánimo, siempre que estamos caminando por el patio él camina siguiéndonos, cada vez más despreocupado.
Gadi tiene también una madrina, Anabel, a la que quiero darle las gracias en nombre de Gadi. Y a Sandra, y a Encarni, y a Teresa, y a Esther, y, y…, la lista no es demasiado larga pero sí lo suficiente para poder decir que hay mucha gente ayudando a Gadi, y a otros tantos galguitos que son rescatados cada día.
Pero mucho trabajo queda por hacer, para que no haya que rescatarlos, para que simplemente podamos disfrutar de perros que, como Gadi, pueden ser unos entrañables compañeros de camino, para que a algunas personas comprendan que son seres sensibles, que saben recibir y que saben, más que nada, dar…




Gadi ha dormido todo el día, como un soldado venido de alguna lejana guerra, recupera sus fuerzas descansando, creo que le está quedando bastante claro que nadie le impedirá descansar y recuperar fuerzas, ya no se le obligará a cazar, ni a estar encerrado, ni a entrar en sitios que le dan pánico, ni se quedará con hambre, ni tendrá que dormir en el suelo sin mantita.
Es gracioso ver lo que le cuesta hacerse con las mantas, y es algo que le gusta porque cuando le arropo y tiene su chaleco calentito puesto, se relaja y duerme estirado, con confianza.
Se nota que los antiinflamatorios y antibióticos están haciendo su labor, porque ayer no quiso comer más que el paté que le ofrecí donde escondí las pastillas, no quiso comer salchichas, ni pienso, solo quería dormir esta mañana ya se levantó a comer un poco de pienso, vi que caminaba bastante bien para el estado en que tiene las patas. Incluso hace dos días mantenía una pata delantera levantada porque la raja que tenía en la almohadilla le impedía apoyarla. Ahora ya no, camina poco pero bastante bien.
Los demás perritos le tienen mucha consideración, está bien que cuando el dolor podía con su cuerpo, les gruñía de solo verles cerca de sus patas, avisando que por favor no le fueran a tocar. Creo que todos entienden su sufrimiento, porque no se han puesto celosos ni un momento, al contrario, tanto Pinto como Kiko le han animado y le han invitado a jugar con ellos desde que llegó, eso ha hecho que Gadi se confié cada día un poco más, viendo como los demás perros nos siguen y juegan con nosotros.
Siempre que puedo me siento con ellos, me quedo un rato allí, eso les da mucha confianza. Gadi se queda mirando cuando los demás me saltan encima o me piden cariños, él observa. Y cuando me acerco y le hago caricias en su cabeza, se deja acariciar, baja la cabeza, y suspira…



Hoy ha sido un día de mucha tormenta, lluvia, viento, truenos y relámpagos, Gadi no ha mostrado tener más miedo a un ruido que a otro, pero quizás aún no se sienta fuerte como para huir. Sus patas han mejorado un poco, por lo menos un ratito se ha puesto de pie y ha caminado.
Intentamos llevarlo dentro de casa, porque en el porche donde duermen los perritos, con tanta tormenta había entrado agua, tuvimos que sacar las camitas y secarlo todo, así que le tapamos los ojos para que no tenga un ataque de pánico y lo llevamos dentro, él ya ha entrado en otros momentos, pero sólo dar una vuelta y volver a salir, esta vez tampoco ha querido quedarse, se ha ido fuera y al no encontrar su camita en el mismo sitio, ha estado confuso un rato, pero por fin optó por acostarse en otra camina.
Gadi ya no teme tanto a nuestros movimientos, aunque por momentos tiembla de pánico, se queda quieto para que le arrope y para que le cure sus patitas.
Le lavé las patas con un champú para pieles alérgicas que utilizo para mi pequeña Tita y para la galga Prudencia, ambas tienen pieles muy sensibles y propensas a alergias.
No sin desconfianza, Gadi se dejo lavar, muy despacio, y casi sin rozarle, ya que sus uñas están tan cortas que le duele con solo caer agua sobre ellas.
Luego le desinfecté y se quedó más tranquilo, se estiró para dormir, creo que le arden, pero mejora muy bien. Los galgos son perros muysencibles pero muy resistentes, por esa razón aguantan tanto maltrato, y enfermedad. Desgraciadamente es bastante común ver en esta Andalucía que nos ha tocado vivir, galgos hambreado, ahorcados, con un trozo de pata partido, enfermos, deshidratados, además de colgados, baleados, acuchillados (como mi Prudencia) , que sin embargo una vez que se les cura y se les cuida, se recuperan de una manera extraordinaria, si hay una posibilidad de vivir entre mil, el galgo luchará por vivir.




Día 18 de Noviembre, Gadi se quedó con casa junto con los demás perros, nosotros nos fuimos a trabajar, y al volver al mediodía lo encontramos acostadito en su mantita pero lleno de sangre, tenía las uñas de las patas de atrás y parte de los dedos y de las patas de adelante lastimadas, como si se las hubiese estado mordisqueando hasta sangrar.
Hemos desinfectado y limpiado, y Gadi no se ha movido en toda la tarde, le duele mucho el roce y no puede tenerse en pie. Suponemos que puede ser alguna alergia al sitio donde estaba corriendo antes de conocerle, quizás por ser alérgico es por lo que traía las patas verdes, por algún producto que le pondría el galguero que ‘lo crió’.
Esta triste y dolorido, esperamos que los antiinflamatorios y antibióticos consigan hacer que en unos días esté más animado, por lo menos creo que ha comprendido que le queremos bien, y se ha dejado curar sin protestar, sólo llora cuando se mueve y alguna tela roza sus dedos lastimados.
Pobre Gadi, quizás por eso no cazaba, sus pies le dolían demasiado cada vez que salía al campo, rozarse en algún tipo de hierba hacía que sus pies ardieran.
Pronto comprenderá que no tendrá que pasar por eso nunca más, que cuidaremos muy bien por donde pisa, para que sus patitas no se duelan, no se le partan las almohadillas, para que sus ojitos vuelvan a tener vida.