Gadi ha dormido todo el día, como un soldado venido de alguna lejana guerra, recupera sus fuerzas descansando, creo que le está quedando bastante claro que nadie le impedirá descansar y recuperar fuerzas, ya no se le obligará a cazar, ni a estar encerrado, ni a entrar en sitios que le dan pánico, ni se quedará con hambre, ni tendrá que dormir en el suelo sin mantita.
Es gracioso ver lo que le cuesta hacerse con las mantas, y es algo que le gusta porque cuando le arropo y tiene su chaleco calentito puesto, se relaja y duerme estirado, con confianza.
Se nota que los antiinflamatorios y antibióticos están haciendo su labor, porque ayer no quiso comer más que el paté que le ofrecí donde escondí las pastillas, no quiso comer salchichas, ni pienso, solo quería dormir esta mañana ya se levantó a comer un poco de pienso, vi que caminaba bastante bien para el estado en que tiene las patas. Incluso hace dos días mantenía una pata delantera levantada porque la raja que tenía en la almohadilla le impedía apoyarla. Ahora ya no, camina poco pero bastante bien.
Los demás perritos le tienen mucha consideración, está bien que cuando el dolor podía con su cuerpo, les gruñía de solo verles cerca de sus patas, avisando que por favor no le fueran a tocar. Creo que todos entienden su sufrimiento, porque no se han puesto celosos ni un momento, al contrario, tanto Pinto como Kiko le han animado y le han invitado a jugar con ellos desde que llegó, eso ha hecho que Gadi se confié cada día un poco más, viendo como los demás perros nos siguen y juegan con nosotros.
Siempre que puedo me siento con ellos, me quedo un rato allí, eso les da mucha confianza. Gadi se queda mirando cuando los demás me saltan encima o me piden cariños, él observa. Y cuando me acerco y le hago caricias en su cabeza, se deja acariciar, baja la cabeza, y suspira…
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