Gadi ya es un perro casi casi normal. Si bien no se acerca a más de un metro cuando le llamo, venir contento a la llamada de un humano le llevará aún su tiempo. Pero, si tengo algo de comer que le guste en mis manos se acerca y lo coge venciendo todos sus miedos, su parte de lobito aprovechado funciona muy bien : )
También soporta muy bien nuestros besuqueos y achuchones, y está siempre pendiente de nuestra galga Prudencia, ellos se reconocen y se prefieren como compañeros, otros razas hacen lo mismo, pero en los galgos es muy marcado. Supongo que es también porque no han sido socializados con otros perros ni con personas, y así sólo reconocen como iguales a otros galgos.
Los petardazos de año nuevo no le han asustado mucho, aquí se escuchan un poco alejados y eso ayuda. Cada día va comprendiendo mejor lo de vivir tranquilo, y su temblor va siendo cada vez menor.
Este año que comienza es para él una oportunidad de vida, poco a poco olvidará totalmente su malograda vida de cazador frustrado. Aún tiene que alegrar su mirada, pero eso lo hará a medida que su vida va siendo más amable, más alegre, más cordial. Y sobre todo cuando consiga reconciliarse con los humanos y deje de temerles.